¡Con las dos medallas! |
Hacía mucho tiempo que no
actualizaba el blog. Pero esta ha sido la ocasión perfecta para retomarlo. Lo
que parecía un sábado cualquiera de vacaciones en la Cerdanya se convirtió en
un fantástico día de competición. Dos carreras de dos modalidades distintas en
un solo día. La cosa se ponía interesante. Por la mañana, la Pedaleada Popular
de Bolvir, 32 kilómetros de mountain bike con 800 metros de desnivel positivo. Y
por la tarde, la clásica Cursa Popular de Age, de 7,5 kilómetros corriendo.
Todo ello con el componente añadido de la altura. El resultado, como leeréis,
fue muy satisfactorio pero mis piernas acabaron como cartones.
A pesar de la tormenta que cayó
una hora antes de la carrera, decidí tomar la salida. La Pedaleada Popular de
Bolvir es un clásico de cada verano y siempre tiene los primeros kilómetros
iguales. Y eso quiere decir que ya solo empezar el recorrido nos metemos en el
río durante casi un kilómetro con el agua a la rodilla y poco se puede
pedalear. Una vez superado el primer tramo de río (el primero repito, porque
hay más), subida hacia la Corona de Bolvir y por delante nos esperan más de
diez kilómetros rodando por el valle.
Un clásico empezar 'nadando' con la bici por el río |
Son caminos anchos en su
mayoría, lo que permite rodar rápido sin peligro. El recorrido está muy bien
marcado, a pesar de que solo competimos unos 30 ‘bikers’. Los primeros
kilómetros por el valle cruzando prados y ríos me los tomo con tranquilidad. Sé
que cuando el terreno se empina es cuando más cómodo me siento sobre la
mountain bike.
En el kilómetro 13 la cosa se
empieza a empinar. Empieza la subida. Por delante más de 9 kilómetros sin
apenas descanso. Es mi terreno. Mientras la mayoría de mountain bikers suben
haciendo el ‘molinillo’ (es decir, con el plato 1), yo subo con fuerza sin
bajar del plato 2. Poco a poco me voy encontrando cómodo y voy adelantando
corredores. En bici de montaña sin duda que mi fuerte está en la subida, porque
bajando… Pero calma, no adelantemos acontecimientos.
Las vistas, espectaculares! |
El punto más alto de la carrera
está a 1689 metros, después de 9 kilómetros sin parar de subir. Pero más de la
mitad de la carrera ya está hecha, y lo más duro ya ha pasado. Con las piernas
calientes de la subida, toca bajar. Y eso es peor que te den una patada ahí
donde nos duele tanto a los hombres. Si no hay una buena preparación, se sufre
mucho. Es mi caso. Caminos de piedras anchos pero llenos de saltos. ¡Qué miedo!
Bajar a más de 50km/h con unos neumáticos desgastados te deja sin aliento. Pero
la adrenalina sube hasta límites desconocidos y acabas disfrutando como un
enano.
Al acabar de bajar todavía queda
otra subida muy dura hasta el pueblo de Niula. Y lo mismo, a sufrir porque
subiendo utilizas unos músculos distintos a los que utilizas bajando. La subida
no es ni la mitad de larga que la anterior, pero pica. Un tramo se sube por
carretera y afortunadamente hay dos avituallamientos durante la carrera.
Descenso por la pista de Guils |
Reparando pinchazo |
Una vez en Niula queda una
bajada muy técnica que ya he hecho varias veces y donde se sufre mucho. Bajo
con otro chico que me adelanta al poco de empezar el descenso. Pero pincha la
rueda y en estos casos siempre hay que ayudar. Reparamos y seguimos bajando
hasta que vuelve a pinchar. No le puedo dejar mi cámara de recambio porque son
de diferente tipo y tiene que abandonar. Así que afronto los últimos kilómetros
solo. Quedaba una subida y entre que el terreno es impracticable y que mis
fuerzas son escasas, me bajo de la bici. Al coronar, sensación de satisfacción.
Queda una última bajada y ya de nuevo estaré en Bolvir, donde me espera un
bocata y una bebida. Me sorprendió gratamente que hubiera tanta gente en los
últimos metros por el pueblo. Y por fin, ¡meta!
Pódium de categoría senior! |
Menudo sufrimiento… Pero bien
que había valido la pena. Al final se había quedado un día radiante y perfecto
para ir en bici. Quedaba el puntito final. El inesperado pódium. Pero todo hay
que decirlo. En mi categoría sólo competíamos dos y quedé segundo jajaja! Con
la medalla, me fui contento a casa. Una barbacoa para comer, perfecta para
recuperar fuerzas que a las 18h tenía la carrera de Age.
Después de comer, siesta (vital)
y quedé con Luis Jover para ir a Age. Llegamos con tiempo para recoger el
dorsal y calentar. Y sorpresa, en Age estaba Fernan, que lleva un par de
semanas entrenando en Font Romeu con un grupo de triatletas. Lesionado el día
anterior, no podía correr. Le dije que me animara un poco, que después de la
carrera de mountain bike por la mañana, estaba reventado jajaja!
Con Fernando López de Sagredo, el jabalí salvaje jajaj |
Saliendo tranquilamente... |
De los últimos |
Conozco esta carrera de haberla
hecho ya tres años y se lo dura que es. Así que me la tomé con calma,
consciente de que no estaba aclimatado y llevaba en las piernas 32 kilómetros de
mountain bike por la mañana. Empecé calmado y buscando un ritmo cómodo en un
terreno lleno de piedras. Son dos vueltas al mismo circuito y la segunda se
hace durísima. Y más con el primer tramo de subida hacia Vilallobent. Pero como pasa siempre, apreté demasiado de inicio. Lo acabaría pagando.
Al paso por la segunda vuelta, bastante reventado! |
Cada vuelta tiene mitad de tramo
asfaltado de bajada y mitad de tramo de camino de tierra en subida. Es
imposible coger un ritmo estable y las piernas no responden como quieres. El
sufrimiento de la carrera de Age es genial para las carreras más largas que
haré el año que viene, y me fue genial hacerla el mismo día que la pedaleada de
Bolvir porque en septiembre tengo un triatlón olímpico y quiero correr rápido
los 10 kilómetros.
Al paso por el arco de meta al
completar la primera vuelta me di cuenta que sería imposible aguantar el ritmo
de Luis. Rodábamos entre los 25 primeros, y en ese momento, ¡bang! El hombre
del mazo justo en la subida de Vilallobent. Bajé el ritmo, no podía aguantar.
El sueño de hacer dos ‘podiums’ el mismo día se me escapaba por momentos. Un
poco de agua en el segundo avituallamiento y a ritmo hasta la recta de meta.
Bajo mi punto de vista, creo que
la recta de meta de la Cursa Popular d’Age es de las más duras y de las más
bonitas que he hecho. Deben ser unos 600 metros con el valle de la Cerdanya de
fondo que da la sensación que no se acabe nunca… Pero a falta de la mitad de la
recta, esprinté lo que me duraron las fuerzas. Y peté poco antes de la meta,
entrando el 25 de la general y……… ¡3º de mi categoría!
Segundo pódium del día!! |
Lo había conseguido. ¡Doblete!
Después del segundo puesto en categoría senior en la pedalada de Bolvir, había
acabado tercero en categoría promesa en la cursa de Age. La sonrisa me duró
hasta la hora de cenar, cuando apareció el dolor en las piernas. Una sensación
parecida a la de ver las estrellas... jajaja! Solventado con hielo, y descanso unos días. Ahora la idea es volver
a machacarme como nunca lo he hecho. Esto promete, el dolor volverá.
¡Allezzzzzzzzzz!
Pablo