miércoles, 5 de junio de 2013

Rota la barrera de los cuarenta minutos en los 10km del Circuit de Catalunya y en buena compañía, ¡vamos!

Sufriendo en la recta de meta
Tener la oportunidad de correr por el mismo trazado por el que semanas antes habían rodado los bólidos de F1 era muy tentador. Pero correr por una causa solidaria y en buena compañía fue el detonante para apuntarme. Bueno, para apuntarnos. Con la baja de última hora de Bruno Ballesté, al final el domingo fuimos cinco ‘ex-Jesús María San Gervasio’ a la Cursa Mulla’t i Corre per l’Esclerosi Múltiple: Jordi Balsells, Álex Zapata, Uri Andrés, Guille Tortajada y yo. Sin duda, qué mejor que compartir una afición con buenos amigos.

Sonaba la alarma. Madrugón y dirección al Circuit de Catalunya. Después de muchos meses de entreno, tenía ganas de probarme en una carrera de 10 kilómetros. La última de esa distancia había sido la Jean Bouin, celebrada en noviembre. Y había llovido mucho desde entonces. Por la cabeza se me pasaba la idea de bajar de 40 minutos, pero el trazado del Circuit es de todo menos llano, la verdad. 10 kilómetros muy rompe piernas. Lo mejor para afrontar una carrera como ésta, ir por sensaciones.

Los cinco nos plantamos en la línea de salida, situada en la zona del Estadio. Empezábamos con un tramo de bajada para después tomar la curva de derechas que da acceso a la recta de meta. Disparo de salida. Como en la mayoría de carreras, hubo un poco de acumulación de corredores en los primeros metros a pesar de la gran anchura de la pista.

Momentos antes de la salida, en la zona del Estadio
Ambientazo y día de sol en Montmeló
Las sensaciones al empezar eran muy buenas. Incluso empecé demasiado fuerte. Pero es que viendo la recta del Circuit de Catalunya ante ti, motiva. Y para los que no hayan tenido la oportunidad de correr o ir en bici por dentro del circuito, que sepan que la pista, de llana no tiene nada.

Todo el circuito es un devenir de subidas y bajadas. Y las curvas que por la televisión con la F1 parecen cortas y rápidas, corriendo se hacen eternas. A esas dificultades se le añadía el hecho de que al reloj ese día le dio por no conectar con el sensor y por lo tanto no podía ver los kilómetros que llevaba ni el ritmo al que iba. Por suerte, algo que ocurre en pocas carreras, los kilómetros estaban marcados. Así que lo único que me preocupaba era saber el ritmo al que iba, y si era el correcto para hacer un sub40 minutos.

Después de la recta, tocaban los kilómetros más duros. Mucho desnivel, apenas perceptible por la tele, que cuando corres parece que sean subidas interminables. Intenté no pensar en lo rápido que van los coches y motos… En estas llegaba a la zona del Estadio. Avituallamiento y pancarta del kilómetro cinco. Era el mejor lugar para evaluar el tiempo y mi estado físico. Y para mi sorpresa pasé por el ecuador de la carrera con un tiempo de 19:01 o lo que equivale a ir a 3:48 minutos por kilómetro. Muy rápido. Estaba en la franja para poder hacer el ‘ansiado’ sub40 minutos.

¡Qué pasada correr por el Circuit!
Por delante, una segunda vuelta que psicológicamente era mucho más dura. Me uní a un grupo de tres corredores que me contestaron que ellos iban también con el objetivo del sub40 minutos. El paso por la recta principal era impresionante, con gente a los lados y pasando entre la tribuna y el pit lane. Motivación extra.

BoltBosch en el Circuit de Catalunya
Llegando a la primera curva del trazado noté que algo iba mal. En efecto, cordón se me había desabrochado antes del kilómetro siete. Inevitablemente tuve que parar para atármelo y perdí el buen ritmo. Pero seguía motivado, todavía era posible bajar de 40 minutos. Superado el kilómetro ocho y pasando por delante de la zona de ‘pelouse’ me di cuenta que había bajado el ritmo y había perdido tiempo respecto a la primera vuelta. Pero justo ahí nos juntamos un grupo con el objetivo de ir dando relevos hasta la meta. Una opción muy interesante para no ir tan ahogados y evitar en la medida de lo posible, el viento que se había levantado.

Volvíamos a llegar a la zona del Estadio. Última subida y último avituallamiento. Sólo quedaba un tramo de bajada para encarar la recta de meta. Iba mirando el crono y no me lo creía, estaba haciendo un tiempo increíble. No sabía si tenía mucha gente delante o no. Eso era lo de menos.

Y sí, al final entré en meta con un tiempo de 39:18… No me lo creía. En la última carrera que había hecho de 10km, en noviembre, mi tiempo estaba por encima de los 42 minutos. Y fue ahí cuando me di cuenta de que todo el trabajo de series en la pista de atletismo tenía en la marca del domingo su fruto. Pero soy de todo menos conformista, y quiero seguir mejorando.

Uri Andrés entrando en meta
Zapata entrando ¡sin camiseta!


Sin duda, correr por el Circuit de Catalunya ha sido una experiencia increíble y que espero volver a repetir, de nuevo acompañado de buenos amigos. En noviembre todo el que quiera que se apunte a la Cursa RACC, yo la recomiendo… Pero ahora el objetivo está puesto en la Volta Cerdanya Ultrafons, una carrera de 35 kilómetros por las montañas de la Cerdanya. ¡Qué ganas correr en la misma carrera que Kilian Jornet o Marc Pinsach, entre otros! Después de la VCUF, tocará seguir mejorando corriendo y sobre todo, nadando. El 30 de junio probablemente me apunto a la Cursa de la Vila Olímpica, y el 21 de julio… ¡triatlón olímpico de Andorra!

En la llegada ¡grandes!
¡Vamos!                                              

Pablo

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