miércoles, 23 de enero de 2013

Aún con la resaca de un gran fin de semana a nivel deportivo...


Estos últimos días después de acabar exámenes han sido un gran momento para desconectar y cambiar el chip, pues al tener todo aprobado, no vuelvo a tener clase hasta el próximo 11 de febrero. Así que he aprovechado para disfrutar de un gran fin de semana a nivel deportivo. Y es que, qué mejor que aprovechar el fin de semana para hacer lo que más me gusta. El deporte y todo lo que tiene que ver con ello.

El viernes por la tarde realicé un entrenamiento de trailrunning con Ricard Vila (www.ricardvila.es) entrenador de deportes de montaña y de carreras de fondo. Fue una experiencia, sin duda, muy gratificante y que nunca había tenido la suerte de probar. Poder tener un entrenador que te corrija y que te explique cómo afrontar tus objetivos durante la temporada, como enfocar los entrenamientos y el descanso es, sin duda, muy importante. El entrenamiento del viernes constaba de unas series de cross y de una salida de trail por Collserola con frontales.

Con el grupo de corredores que entrenamos el viernes
El parque Cervantes, hacia las afueras de Barcelona, es un lugar perfecto para hacer unas series de cross. Subidas, bajadas y zonas de llano permitían configurar un escenario perfecto para combinar velocidad y resistencia en corta distancia. Al final, salieron cuatro series de 1500 metros a menos de 6 minutos. Pero eso solo era una parte del entrenamiento. Quedaba, quizás, lo que más me gusta a mí: correr por la montaña y de noche.

Equipados con prendas ‘cortaviento’ y de unos buenos frontales, nos lanzamos con el objetivo de llegar a la torre de Sant Pere Mártir. Éramos cinco, y a pesar del viento que se levantó, nos pusimos a subir. ¡Y menuda subida! Desde el parque Cervantes hasta Sant Pere Mártir hay más de 300 metros de desnivel positivo en menos de un kilómetro y medio de recorrido. Poco a poco, subíamos y las vistas de la Ciudad Condal eran cada vez mejores. Una vez arriba, y con una niebla bastante espesa, bajamos corriendo hacia la zona de la Mina, que enlaza con la Carretera de las Aguas y luego de allí a los Xiprers, para bajar de nuevo a Cervantes. Sin duda, una gran experiencia que repetiré y que recomiendo a todos.

Con la resaca del entrenamiento del viernes, el sábado me levanté con muchas ganas de seguir entrenando duro. En Sant Cugat llovía, y en Barcelona también, pero había quedado con mis amigos de bcntriathlon (www.bcntriarhlon.com) para hacer una salida de ‘road bike’. Y las ganas siempre vencen a todas las inclemencias del tiempo que se pongan por delante. Quedé con Rafa en Plaza España, y de allí la idea era ir hasta La Roca y volver a Barcelona. Al final, y con la baja de otro compañero, se impuso la cordura y abortamos la posibilidad de ir a La Roca ante la amenaza de lluvia.

Con Rafa, de bcntriathlon.com, después de rodar casi 70km
Rafa me propuso de hacer unas subidas por Montjuic y luego ir a rodar por la Zona Franca. Y yo acepté pensando que subir por Montjuic sería muy asequible. Mi sorpresa fue que no, ya que las rampas de la ‘montaña mágica’ picaban lo suyo en las piernas. Después de subir un poco, pusimos dirección a la Zona Franca para rodar en una zona de polígonos que es muy fea, pero que no tiene transito y es perfecta para rodar porque es muy llana. Dimos cinco vueltas a un circuito por dentro del polígono, y destaco que si la ida era un camino de rosas, la vuelta, a causa del viento, se hacía mucho más dura.

Después de rodar y hablar mucho sobre la cuestión de moda en el ciclismo, y que no es otra (por desgracia) que Amstrong y el doping, volvimos hacia el centro de Barcelona pasando antes otra vez por Montjuic y haciendo otra vez un par de subidas. Quería volver a Sant Cugat en bici, pero vi Collserola muy tapada y con pinta de que iba a caer una tromba de agua, así que me metí en los FGC y volví a casa en tren. Y en efecto, ya que poco después de comer la lluvia hizo acto de presencia. Al final salieron 69,58km de road bike en 2h 48', un buen entreno, sin duda.

El domingo tocaba trabajar, pero también estaba relacionado con el deporte. Era mi debut en la empresa finixer cubriendo el I Duatlón Olímpico de Rubí. Finixer (www.finixer.com) es la web que recomienda carreras a los corredores a través de las valoraciones de los mismos al acabar las pruebas que disputan. Y allí estaba yo, con mi gorra y mi camiseta de finixer, dispuesto a cazar las opiniones de los duatletas. No fue tarea fácil, ya que tenía que registrar una opinión del evento, una valoración numérica de sobre diversos parámetros y tomar los datos para posteriormente crear el perfil del corredor en la web. Con toda esa información, al final el objetivo es crear una red social y un ranking de corredores y eventos.

David Ribes, de la Unió Ciclista Sant Cugat
La zona de boxes del I Duatlón Olíimpico de Rubí
La camiseta y la gorra de finixer
Además, ya que estaba allí, aproveché para animar a mi amigo David Ribes, triatleta en la Unió Ciclista Sant Cugat como yo y compañero de entrenamiento en la pista de atletismo de la Guinardera todos los jueves. La carrera, que celebraba su primera edición, fue todo un éxito de organización y respecto a las opiniones que tomé de los participantes, todos ellos repetirían el año que viene. Sin duda, una gran carrera que correré el año que viene.

Pero aquí no se acababa el domingo a nivel deportivo, ni mucho menos. Después de pasar por casa para comer, me fui directo al Real Club de Polo de Barcelona. Allí tenía una cita con otro de los deportes que más me apasionan: el tenis. Pero no para jugar, sino para hacer las prácticas para poder sacarme el título de Árbitro Nacional de Tenis y así disfrutar de este deporte desde otra perspectiva. Después de aprobar el examen teórico el julio pasado, para poder obtener la titulación debo realizar las tareas de juez árbitro y juez de silla en un torneo.

Como ya viene siendo un clásico, Bruno Ballesté y yo disfrutamos del tenis desde todos los prismas que podemos. Hemos jugado muchos años juntos en dobles, hemos jugado de pachangueo, en campeonatos y también, hemos vibrado mucho en las eliminatorias de Copa Davis a las que hemos asistido juntos. Y ahora, estamos sacándonos juntos el título de árbitro.

La hoja de arbitraje de la Federació Catalana de Tenis
Pues el domingo tocaba arbitrar dos partidos más desde la silla, con María Ballesteros, juez árbitro del torneo y supervisora de nuestras prácticas, evaluándonos. Tuve que arbitrar dos finales, una de ellas con cierta tensión entre los jugadores. Pero lo más destacado fue el frío que pasé en la silla cuando se hizo de noche. Pero para mi sorpresa, al acabar mis dos partidos, María me dijo que tenía que entrar a otra pista para arbitrar un partido ya empezado. Y menudo partido… Dos niñas pequeñas, con la presión de los padres desde la grada y sin contar correctamente el tanteo del partido. Y allí estoy yo, sobre la silla del árbitro pasando frío y arbitrando una final que acabó de forma dramática: con lloros, dolor y en un tercer set que se alargó demasiado. Pero ya está, ahora me quedan dos partidos más sobre la silla y si todo va bien, ya tendré el título de Árbitro Nacional de Tenis en mi currículum.

Y para acabar el domingo bien, después de arbitrar me fui a la piscina a nadar un rato. Estoy empezando la temporada y cada día me cuesta un poco menos nadar, pero sin duda, es mi punto más débil de las tres disciplinas. Al final salieron 1000 metros, pero estaba tan cansado, que no daba para mucho más.

Sin duda, un gran fin de semana a nivel deportivo, y con el que he empezado un periodo de descanso de los estudios de tres semanas en el que no voy a parar de entrenar y pasármelo bien haciendo deporte. Tenis, bicicleta, piscina, correr por la montaña, ir a pista a hacer series… Con muchas ganas de seguir con este estilo de vida tan sano y enriquecedor.

¡Hasta pronto!

Pablo

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