Estos últimos días después de
acabar exámenes han sido un gran momento para desconectar y cambiar el chip,
pues al tener todo aprobado, no vuelvo a tener clase hasta el próximo 11 de
febrero. Así que he aprovechado para disfrutar de un gran fin de semana a nivel
deportivo. Y es que, qué mejor que aprovechar el fin de semana para hacer lo
que más me gusta. El deporte y todo lo que tiene que ver con ello.
El viernes por la tarde realicé
un entrenamiento de trailrunning con Ricard Vila (www.ricardvila.es) entrenador de deportes de
montaña y de carreras de fondo. Fue una experiencia, sin
duda, muy gratificante y que nunca había tenido la suerte de probar. Poder
tener un entrenador que te corrija y que te explique cómo afrontar tus
objetivos durante la temporada, como enfocar los entrenamientos y el descanso
es, sin duda, muy importante. El entrenamiento del viernes constaba de unas
series de cross y de una salida de trail por Collserola con frontales.
Con el grupo de corredores que entrenamos el viernes |
El parque Cervantes, hacia las
afueras de Barcelona, es un lugar perfecto para hacer unas series de cross.
Subidas, bajadas y zonas de llano permitían configurar un escenario perfecto
para combinar velocidad y resistencia en corta distancia. Al final, salieron
cuatro series de 1500 metros a menos de 6 minutos. Pero eso solo era una parte
del entrenamiento. Quedaba, quizás, lo que más me gusta a mí: correr por la
montaña y de noche.
Equipados con prendas
‘cortaviento’ y de unos buenos frontales, nos lanzamos con el objetivo de
llegar a la torre de Sant Pere Mártir. Éramos cinco, y a pesar del viento que
se levantó, nos pusimos a subir. ¡Y menuda subida! Desde el parque Cervantes
hasta Sant Pere Mártir hay más de 300 metros de desnivel positivo en menos de
un kilómetro y medio de recorrido. Poco a poco, subíamos y las vistas de la
Ciudad Condal eran cada vez mejores. Una vez arriba, y con una niebla bastante
espesa, bajamos corriendo hacia la zona de la Mina, que enlaza con la Carretera
de las Aguas y luego de allí a los Xiprers, para bajar de nuevo a Cervantes. Sin
duda, una gran experiencia que repetiré y que recomiendo a todos.
Con la resaca del entrenamiento
del viernes, el sábado me levanté con muchas ganas de seguir entrenando duro.
En Sant Cugat llovía, y en Barcelona también, pero había quedado con mis amigos
de bcntriathlon (www.bcntriarhlon.com)
para hacer una salida de ‘road bike’. Y las ganas siempre vencen a todas las
inclemencias del tiempo que se pongan por delante. Quedé con Rafa en Plaza
España, y de allí la idea era ir hasta La Roca y volver a Barcelona. Al final,
y con la baja de otro compañero, se impuso la cordura y abortamos la
posibilidad de ir a La Roca ante la amenaza de lluvia.
Con Rafa, de bcntriathlon.com, después de rodar casi 70km |
Rafa me propuso de hacer unas
subidas por Montjuic y luego ir a rodar por la Zona Franca. Y yo acepté
pensando que subir por Montjuic sería muy asequible. Mi sorpresa fue que no, ya
que las rampas de la ‘montaña mágica’ picaban lo suyo en las piernas. Después
de subir un poco, pusimos dirección a la Zona Franca para rodar en una zona de
polígonos que es muy fea, pero que no tiene transito y es perfecta para rodar
porque es muy llana. Dimos cinco vueltas a un circuito por dentro del polígono,
y destaco que si la ida era un camino de rosas, la vuelta, a causa del viento,
se hacía mucho más dura.
Después de rodar y hablar mucho
sobre la cuestión de moda en el ciclismo, y que no es otra (por desgracia) que
Amstrong y el doping, volvimos hacia el centro de Barcelona pasando antes otra
vez por Montjuic y haciendo otra vez un par de subidas. Quería volver a Sant
Cugat en bici, pero vi Collserola muy tapada y con pinta de que iba a caer una
tromba de agua, así que me metí en los FGC y volví a casa en tren. Y en efecto,
ya que poco después de comer la lluvia hizo acto de presencia. Al final salieron 69,58km de road bike en 2h 48', un buen entreno, sin duda.
El domingo tocaba trabajar, pero
también estaba relacionado con el deporte. Era mi debut en la empresa finixer cubriendo el I Duatlón Olímpico
de Rubí. Finixer (www.finixer.com) es la
web que recomienda carreras a los corredores a través de las valoraciones de
los mismos al acabar las pruebas que disputan. Y allí estaba yo, con mi gorra y
mi camiseta de finixer, dispuesto a
cazar las opiniones de los duatletas. No fue tarea fácil, ya que tenía que
registrar una opinión del evento, una valoración numérica de sobre diversos
parámetros y tomar los datos para posteriormente crear el perfil del corredor
en la web. Con toda esa información, al final el objetivo es crear una red
social y un ranking de corredores y eventos.
David Ribes, de la Unió Ciclista Sant Cugat |
La zona de boxes del I Duatlón Olíimpico de Rubí |
La camiseta y la gorra de finixer |
Además, ya que estaba allí,
aproveché para animar a mi amigo David Ribes, triatleta en la Unió Ciclista
Sant Cugat como yo y compañero de entrenamiento en la pista de atletismo de la
Guinardera todos los jueves. La carrera, que celebraba su primera edición, fue
todo un éxito de organización y respecto a las opiniones que tomé de los participantes, todos ellos
repetirían el año que viene. Sin duda, una gran carrera que correré el año que
viene.
Pero aquí no se acababa el domingo
a nivel deportivo, ni mucho menos. Después de pasar por casa para comer, me fui
directo al Real Club de Polo de Barcelona. Allí tenía una cita con otro de los
deportes que más me apasionan: el tenis. Pero no para jugar, sino para hacer
las prácticas para poder sacarme el título de Árbitro Nacional de Tenis y así
disfrutar de este deporte desde otra perspectiva. Después de aprobar el examen
teórico el julio pasado, para poder obtener la titulación debo realizar las
tareas de juez árbitro y juez de silla en un torneo.
Como ya viene siendo un clásico,
Bruno Ballesté y yo disfrutamos del tenis desde todos los prismas que podemos.
Hemos jugado muchos años juntos en dobles, hemos jugado de pachangueo, en
campeonatos y también, hemos vibrado mucho en las eliminatorias de Copa Davis a
las que hemos asistido juntos. Y ahora, estamos sacándonos juntos el título de
árbitro.
La hoja de arbitraje de la Federació Catalana de Tenis |
Pues el domingo tocaba arbitrar
dos partidos más desde la silla, con María Ballesteros, juez árbitro del torneo
y supervisora de nuestras prácticas, evaluándonos. Tuve que arbitrar dos
finales, una de ellas con cierta tensión entre los jugadores. Pero lo más
destacado fue el frío que pasé en la silla cuando se hizo de noche. Pero para
mi sorpresa, al acabar mis dos partidos, María me dijo que tenía que entrar a
otra pista para arbitrar un partido ya empezado. Y menudo partido… Dos niñas
pequeñas, con la presión de los padres desde la grada y sin contar
correctamente el tanteo del partido. Y allí estoy yo, sobre la silla del
árbitro pasando frío y arbitrando una final que acabó de forma dramática: con
lloros, dolor y en un tercer set que se alargó demasiado. Pero ya está, ahora
me quedan dos partidos más sobre la silla y si todo va bien, ya tendré el
título de Árbitro Nacional de Tenis en mi currículum.
Y para acabar el domingo bien,
después de arbitrar me fui a la piscina a nadar un rato. Estoy empezando la
temporada y cada día me cuesta un poco menos nadar, pero sin duda, es mi punto
más débil de las tres disciplinas. Al final salieron 1000 metros, pero estaba
tan cansado, que no daba para mucho más.
Sin duda, un gran fin de semana
a nivel deportivo, y con el que he empezado un periodo de descanso de los
estudios de tres semanas en el que no voy a parar de entrenar y pasármelo bien
haciendo deporte. Tenis, bicicleta, piscina, correr por la montaña, ir a pista
a hacer series… Con muchas ganas de seguir con este estilo de vida tan sano y
enriquecedor.
¡Hasta pronto!
Pablo
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